Algunos estudios demuestran que el cerebro en el embarazo se encoge y esta disminución de su tamaño ayuda a la reestructuración del mismo.
Se sabe que aumentan considerablemente las conexiones neuronales en áreas del hipocampo (centro dedicado a la memoria emocional) y todas aquellas estructuras que se dedicarán al comportamiento maternal, básicamente situadas en el sistema límbico, realizarán un cambio gigantesco: ¡las carreteras se convertirán en autopistas!
Por tanto, el cerebro de la mujer se encuentra en un momento de máxima plasticidad para hacer nuevas conexiones y aprendizajes, rompiendo el mito de que la inteligencia baja en esta etapa.
Hace poco, un grupo de investigadores asiáticos descubrió que las células del bebé en formación pasan al cerebro de la madre y lo regeneran. Este sorprendente descubrimiento abre un abanico de preguntas y posibilidades. En nuestro entorno, en la Universidad de Navarra, se publicaron hallazgos parecidos que daban a conocer una base biológica al vínculo materno-filial.
Así que mujeres embarazadas, a pesar de los despistes típicos, sabed que se ha modificado vuestro cerebro para brindaros más inteligencia.