EL LEGADO DE LA VERDADERA RIQUEZA

Un hombre muy rico buscaba asegurar la continuidad de la prosperidad de su familia. Para ello, acudió a Sengai, un sabio maestro zen, y le pidió que escribiera algo que garantizara la felicidad y el éxito de las generaciones futuras.

Sengai, tomando una larga hoja de papel de arroz, escribió: "El padre muere, el hijo muere, el nieto muere".

Al leer estas palabras, el hombre rico se sintió indignado y ofendido. Exclamó: "¡Yo le pedí algo para la felicidad de mi familia! ¿Por qué ha escrito algo tan sombrío?"

Sengai, con calma y sabiduría, respondió: "No pretendía hacer una broma. Si su hijo muriera antes que usted, experimentaría un dolor indescriptible. Si su nieto partiera antes que su hijo, tanto usted como él estarían devastados. Pero si su familia sigue el curso natural de la vida, en el orden que mencioné, eso sería verdadera riqueza".

El hombre rico reflexionó profundamente sobre las palabras del maestro y finalmente comprendió el mensaje: la verdadera riqueza no reside en la acumulación de bienes materiales o en la prolongación indefinida de la fortuna familiar, sino en la aceptación de la naturaleza efímera de la vida y en el amor y la conexión genuina entre generaciones.