Esta frase es una metáfora poderosa que se refiere al hecho de que la muerte es un recordatorio constante de la importancia de vivir y aprovechar cada día. En este sentido, la frase sugiere que la muerte actúa como una figura que nos susurra al oído recordándonos que no hay tiempo que perder y que debemos aprovechar al máximo nuestra vida. La idea de que alguien nos repite de manera insistente "¡vive, vive, vive!" es una manera poética de enfatizar la urgencia de vivir plenamente y no dejar pasar las oportunidades.
"Amor con amor se paga."
Refrán