Esta frase nos habla de la intensidad de la experiencia de sentir la felicidad. Cuando una persona ha experimentado esa emoción tan poderosa y ha sentido cómo su cuerpo tiembla de alegría, es algo que marca de forma profunda su vida. Esta vivencia tan intensa y positiva se queda grabada en la memoria y en el corazón de esa persona para siempre. Es como si esa alegría se convirtiera en una fuerza vital que le da energía y una razón para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles. Es esa sensación tan especial lo que hace que, a pesar de los obstáculos y dificultades que pueden aparecer a lo largo de la vida, esa persona nunca pierda la esperanza ni la capacidad de disfrutar de los pequeños momentos felices.
Quien ha experimentado una alegría tan intensa no podrá "morir" en el sentido de rendirse o perder la ilusión, porque tiene en su interior un recuerdo poderoso que le da fuerza y le invita a seguir adelante.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.