Esta frase nos dice que cuando perdemos a alguien a quien amamos, nos sentimos tristes y lloramos porque nos damos cuenta de que no le demostramos nuestro amor lo suficiente cuando estábamos con esa persona. Es como si nos arrepintiéramos de no haber aprovechado al máximo el tiempo que tuvimos juntos y no haber mostrado todo nuestro cariño y aprecio hacia esa persona. Por eso, las lágrimas que derramamos son amargas, porque nos duele pensar en los momentos en los que podríamos haber amado más intensamente.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.