Esta frase quiere transmitir la idea de que cuando estamos tristes, estamos más propensos a cometer acciones que podrían considerarse pecaminosas. Según la frase, Dios odia la tristeza, ya que nos lleva a actuar de maneras que no son aceptables moralmente.
La tristeza puede afectarnos emocionalmente y hacernos sentir desanimados, lo que puede llevarnos a buscar consuelo o distracción en comportamientos que no son buenos para nosotros o para los demás. Por ejemplo, podríamos buscar alivio en excesos como comer en exceso, consumir drogas o alcohol, o incluso ser impulsivos en nuestras acciones.
Esta frase destaca que la tristeza puede ser un factor que nos lleve a comportarnos de formas dañinas o negativas, y que es importante contar con herramientas para manejarla de manera saludable y encontrar soluciones positivas a nuestros problemas.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.