Desde el punto de vista psicológico, esta frase significa que el único estado en el que las personas pueden vivir en armonía y equilibrio es aquel en el que todos los ciudadanos son tratados de la misma manera por la ley, sin importar su posición social, raza, género u otros factores.
Esta idea implica que cuando todos los individuos son considerados iguales ante la ley, se fomenta un sentido de justicia y equidad, lo que a su vez promueve la estabilidad emocional y psicológica en la sociedad. Cuando las personas se sienten valoradas y respetadas por igual, es más probable que desarrollen una mentalidad positiva y un sentido de pertenencia, lo que contribuye a crear un ambiente de confianza y cooperación mutua.
En resumen, el mensaje es que una sociedad en la que todos los ciudadanos son tratados de manera justa y equitativa por la ley es la única forma en la que puede existir un equilibrio emocional y mental para todos.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.