Esta frase puede interpretarse de la siguiente manera: En el Cielo, donde todo es perfecto y se alcanzan las metas deseadas, se dice "Aleluya" como expresión de júbilo y felicidad. En contraste, en la Tierra, puede que las cosas no salgan como se esperaba, por lo que la gente se conforma con lo que hay y simplemente dice "Amén" para aceptar la realidad tal como es.
Sugiere que en el Cielo todo es perfecto y se celebran los éxitos, mientras que en la Tierra las personas tienden a conformarse y aceptar lo que viene, sin buscar más allá de lo que tienen. Es una forma de reflexionar sobre las diferencias entre las expectativas y la realidad, y cómo las personas reaccionan ante ellas.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.