Esta frase significa que, para ser un buen líder o jefe, es importante tener la capacidad de haber estado en un lugar de subordinación o de obedecer en el pasado. Esto se debe a que al haber experimentado y comprendido lo que implica seguir órdenes y someterse a la autoridad de otra persona, se desarrolla una mayor empatía y comprensión hacia los que están en esa posición.
Imagínate que eres el jefe de un grupo de personas. Si nunca has tenido que obedecer a alguien en un trabajo anterior, podrías tener dificultades para entender las necesidades y limitaciones de tus empleados. Sin embargo, si en algún momento has tenido que seguir instrucciones en un trabajo anterior, sabrás qué se siente estar en esa posición y podrás dirigir de manera más efectiva, teniendo en cuenta las emociones y perspectivas de los demás.
En resumen, para ser un buen líder, debes haber estado en una posición de obediencia en el pasado, porque esto te permite tener una mejor comprensión y empatía hacia tus subordinados.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.