Esta frase nos dice que lo que realmente impacta y gusta al amor no son sólo las palabras bonitas que se dicen directamente, sino más bien las indirectas o insinuaciones sutiles que se “escapan” de forma accidental o inconsciente.
Para entenderlo mejor, imagina que estás hablando con alguien que te gusta mucho y, sin querer, sueltas un cumplido o una frase que revela tus sentimientos de forma indirecta. En ese momento, esa persona puede sentirse más atraída por ti porque entiende que tus palabras reflejan un interés genuino, sin que parezca algo forzado. Es como si las palabras se deslizaran sin querer y eso hace que sean más impactantes en el ámbito del amor.
Esta frase nos dice que las palabras que brotan sin querer transmiten una cercanía y autenticidad que pueden tener un efecto más potente y agradable en las relaciones amorosas.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.