Esta frase nos dice que la felicidad es buena para nuestro cuerpo, nos hace sentir bien físicamente. Por otro lado, la tristeza o la pena, aunque no parezcan positivas, pueden ser útiles para nuestra fortaleza mental y emocional.
Cuando estamos felices, nuestro cuerpo se relaja, nos sentimos llenos de energía y estamos más saludables. Es como si nuestro cuerpo se cargara de batería y estuviera listo para enfrentar los desafíos.
Pero, por otro lado, cuando experimentamos tristeza o pena, nos motiva a reflexionar sobre nuestras emociones, a lidiar con situaciones difíciles y a encontrar una fortaleza interior que tal vez no sabíamos que teníamos. Es como un entrenamiento mental y emocional que nos ayuda a desarrollar nuestra resiliencia y a crecer como personas.
Entonces, la felicidad beneficia nuestro cuerpo físicamente, mientras que la tristeza nos fortalece emocional y espiritualmente. Ambas emociones tienen su importancia y pueden contribuir a nuestro bienestar general.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.