Esta frase significa que la verdadera felicidad no se encuentra en tener conocimientos científicos en sí, sino en el proceso de aprender y adquirir esos conocimientos científicos. Es decir, el camino hacia la felicidad radica en la satisfacción y el crecimiento personal que proviene del estudio y la exploración de la ciencia.
No importa tanto el resultado final de cuánto sabes, sino el placer y la realización que experimentas al aprender y expandir tus horizontes.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.