Esta frase significa que la felicidad no depende necesariamente de cómo te ves físicamente, mientras que las experiencias desafortunadas sí pueden alterar tu apariencia o forma de ser.
Digamos que alguien puede ser feliz independientemente de si considera que es o no hermoso físicamente. No es necesario que la felicidad esté relacionada con la belleza exterior.
Sin embargo, las desgracias o situaciones difíciles pueden tener un impacto en tu apariencia o estado de ánimo. Por ejemplo, cuando estás pasando por una mala racha, es posible que se refleje en tu rostro, en tu forma de caminar o en tu actitud general.
La frase sugiere que la belleza no determina necesariamente la felicidad, pero las desventuras pueden afectar o cambiar cómo te ves o te sientes.
"El amor es fe y no ciencia."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.