Esta frase significa que las personas tienden a obedecer más por una necesidad o un deseo de evitar consecuencias negativas, como castigos, en lugar de hacerlo por razones lógicas o por mantener su honor.
Digamos que la multitud hace lo que se le dice principalmente porque siente que no tiene otra opción y quiere evitar problemas o regaños. También, las personas pueden estar más inclinadas a obedecer si creen que serán castigadas de alguna manera si no lo hacen.
En resumen, esto nos habla de cómo nuestras acciones pueden ser más influenciadas por el miedo a las consecuencias negativas que por pensamientos racionales o deseos de mantener nuestra dignidad.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.