Esta frase podría significar que la paz solamente se logra cuando tienes el poder suficiente para obligar a los demás a aceptarla. En otras palabras, se refiere a una situación en la que puedes imponer tus deseos y opiniones sobre los demás sin tener que llegar a conflictos o enfrentamientos.
Esto supone que la paz no se basa en la negociación o la resolución pacífica de diferencias, sino en la dominación y el control sobre los demás. Es una visión bastante autoritaria y poco equitativa de la paz, ya que implica que una sola parte tiene el poder para decidir cómo se debe vivir en armonía.
Es importante tener en cuenta que esta interpretación de la paz como imposición no es necesariamente la más adecuada ni la más saludable desde un punto de vista psicológico. La verdadera paz se construye a través del diálogo, el respeto mutuo y la resolución positiva de los conflictos.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.