Esta frase nos habla de un aspecto triste y desafortunado de nuestra sociedad. Nos dice que lo terrible de este mundo es que muchas veces buscamos de la misma manera y con mucha intensidad dos cosas completamente opuestas: por un lado, deseamos ser felices y por otro, nos esforzamos por evitar que los demás lo sean.
Es como si quisiéramos alcanzar la felicidad pero, al mismo tiempo, no queremos que los demás la experimenten. Esto puede relacionarse con sentimientos de envidia, competencia o egoísmo. En lugar de alegrarnos por los éxitos y logros de los demás, a veces nos preocupamos más por asegurarnos de que no sean más felices o exitosos que nosotros.
Es triste que en lugar de buscar la felicidad en conjunto, a veces nos enfocamos en nuestro propio beneficio y en perjudicar a los demás. Sería mucho mejor trabajar juntos y apoyarnos unos a otros para que todos podamos prosperar y alcanzar nuestras metas.
Esta frase nos muestra una realidad dolorosa de nuestra sociedad: a veces nos obsesionamos tanto con nuestra propia felicidad que no nos importa si afectamos la felicidad de los demás.
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
Francisco de Quevedo 1580-1645. Francisco de Quevedo y Villengas. Escritor español.