Esta frase significa que la mayoría de las personas están tan enfocadas en sus propias vidas y problemas que no se detienen a pensar en los demás. Cada uno está tan ocupado con sus propios asuntos que no tienen tiempo o energía para preocuparse por los demás.
Es como si cada uno estuviera "en su propio mundo" y no presta mucha atención a lo que sucede alrededor. Estamos tan concentrados en nosotros mismos que los demás pasan desapercibidos o simplemente no importan mucho.
La mayoría de la gente está tan ocupada con sus propias vidas que no se dedican a los demás.
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Laure Conan 1845-1924. Pseudónimo de Marie-Louise-Félicité Angers. Escritora canadiense.