Esta frase nos habla de la importancia de no dejar que las opiniones de los demás nos afecten negativamente. Nos dice que no tenemos que hacer caso a aquellos que nos aconsejan ignorar lo que nos hace humanos, como nuestras emociones, necesidades y relaciones, sólo porque somos hombres. Del mismo modo, no debemos renunciar a los aspectos trascendentales o espirituales de la vida, sólo porque somos mortales y tenemos una vida limitada en este mundo. En resumen, la frase nos invita a no dejar que los prejuicios o limitaciones impuestas por otros influyan en nuestras decisiones y en cómo encontramos sentido y propósito en nuestras vidas.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.