Esta frase podría interpretarse como que siempre estamos conscientes del tiempo que pasa y de nuestras limitaciones en cuanto al tiempo disponible. Básicamente, implica que no existe un momento en el cual no pensemos en tiempo. Siempre estamos conscientes de que el tiempo es finito y que debemos aprovecharlo de la mejor manera posible. Es como si nuestra mente estuviese constantemente recordándonos que no podemos perder tiempo ni desperdiciarlo, porque sabemos que no podemos recuperarlo.
Lo importante es valorar y aprovechar cada instante que tenemos.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.