Esta frase explica que las acciones que realizamos como seres humanos pueden ser consideradas como algo moralmente noble, vergonzoso o simplemente indiferente. Lo mismo ocurre con los placeres que experimentamos como consecuencia de estas acciones. Algunos placeres provienen de actividades que consideramos como nobles, es decir, que ayudan a los demás o son beneficiosas para nosotros mismos y nuestra comunidad. Por otro lado, existen placeres que tienen su origen en acciones vergonzosas, es decir, que son perjudiciales o dañinas para los demás o para nosotros mismos. Es importante tener en cuenta que no todos los placeres son iguales y que debemos ser conscientes de cómo nuestras acciones pueden afectar tanto a nuestro propio bienestar como al de los demás.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.