Wayne Dyer es el "precursor" en cierto modo de este libro, porque según cuenta la propia autora Anita Moorjani, éste la animó a escribir su historia. Conocí su existencia en el último libro que Dyer publicó: "TODO LO QUE PUEDAS IMAGINAR"; en este libro se cuenta un poco la historia de Anita y abre una brecha a la curiosidad. Así es como llegué a él y a su título que remarca dos palabras de infinita profundidad: MORIR y YO.
Es un libro autobiográfico, de una mujer envuelta en una familia y una sociedad limitada por una raza y unas creencias que la llevan a la enfermedad, el miedo y la muerte.
Es un ejemplar muy recomendado para aquellas personas que están pasando por el trance de un cáncer o de otra enfermedad y también para aquellas personas que estén interesadas en la salud y el bienestar.
Escribo esta reseña cuando estoy inmersa en la lectura de su segundo libro, del que pronto hablaré. Si el primer libro es el amor y la sabiduría de una persona que a través de la enfermedad y la muerte se descubre; el segundo es la humildad de reconocer la propia humanidad dentro de esa grandeza que somos.
MORIR PARA SER YO es un libro en el que las palabras "AMOR" y "COMPASIÓN" cobran todo significado, para descubrir que la enfermedad es sólo una respuesta a la falta de amor a nosotros mismos. Cuando dejamos aflorar nuestra grandeza y magnitud, la compasión y el amor dan paso a la salud y la vitalidad. El cuerpo se equilibra para volver a su estado natural de confort.
Las palabras de Anita, rellenan las páginas de paz para acallar una mente que grita lo que NO SOMOS. En ese espacio de libertad es donde el amor se manifiesta para reclamar su potencial y poder, para sintonizar con la melodía de lo que SOMOS:
"En ese estado de total claridad, entendía también que no soy quien siempre pensé que era: aquí estoy, sin mi cuerpo, raza, cultura, religión o credo… sin embargo, continuo existiendo. Entonces, ¿qué soy yo? ¿Quién soy yo? Claramente, no me siento de ningún modo reducida o empequeñecida. Al contrario, nunca he sido tan inmensa, tan poderosa o tan abarcante. Me sentía eterna, como si siempre hubiera existido y siempre fuera a existir, sin principio ni final. ¡Era plena con el conocimiento de ser sencillamente magnífica! ¿Cómo no me había dado cuenta de esto antes?, me pregunté."
"Se me ocurrió preguntarme algo como esto: ¿Por qué algo tan grande -como este cáncer terminal- me pasó por no darme cuenta de mi propia magnificencia? Simultáneamente tuve este entendimiento: ¡Ah, ya veo, no me pasó a mí por haber sido una víctima; el cáncer no era más que mi propio poder y energía no expresados! Era sólo mi propia fuerza de vida expresándose a sí misma como cáncer porque no le permití manifestarse como la magnificente fuerza poderosa de Anita."
"Pasé de observar la realidad de afuera-hacia adentro a mirarla de adentro-hacia afuera. O sea, que solía pensar que el mundo externo era real y que yo tenía que trabajar dentro de sus confines; esto es muy parecido a lo que la mayoría de la gente piensa. Con este punto de vista, yo le daba mi poder al mundo externo y los eventos externos tenían la habilidad de controlarme."
"Entendí que la verdadera felicidad y gozo sólo los podría encontrar amándome a mí misma, entrando en mi interior, siguiendo mi corazón y haciendo aquello que me diera alegría. Descubrí que cuando mi vida parece no tener dirección y me siento perdida (lo cual todavía me sucede con frecuencia) lo que realmente significa es que he perdido mi Sentido de Ser Yo Misma."
"La felicidad que da el dinero está en no tener que preocuparse por él."
Anónimo