Esta frase dice que cuando rezamos, estamos expresando nuestros pensamientos y emociones a Dios, como si estuviéramos teniendo una conversación con él. Sin embargo, cuando leemos, especialmente textos sagrados o inspiradores, es como si estuviéramos escuchando a Dios hablándonos a nosotros.
Cuando rezamos, podemos decirle a Dios nuestros deseos, preocupaciones o agradecimientos, y sentimos que estamos comunicándonos directamente con él. Pero cuando leemos, especialmente textos religiosos o espirituales, sentimos que Dios nos ofrece guía, sabiduría y consuelo a través de las palabras que estamos leyendo.
Es como si Dios estuviera respondiendo nuestras preguntas, dudas o inquietudes a través de las enseñanzas que encontramos en lo que leemos. Es como si estuviéramos recibiendo respuestas y claridad directamente de Dios mientras exploramos las páginas de un libro sagrado.
Cuando rezamos, hablamos a Dios, y cuando leemos, sentimos que Dios nos habla a nosotros. Ambas prácticas son formas de conexión espiritual y nos permiten fortalecer nuestra relación con lo divino.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.