Esta frase nos dice que no deberíamos idealizar el pasado y considerarlo mejor que el presente. Nos dice que lo que realmente determina si los tiempos son buenos o malos no es el tiempo en sí, sino las cualidades positivas o virtudes que tenemos, así como los vicios o malos hábitos que hemos adquirido.
En pocas palabras, podemos entenderlo como que depende de nosotros mismos que los tiempos sean buenos o malos. Si tenemos virtudes como la honestidad, la generosidad, el esfuerzo o la empatía, los tiempos serán mejores. Pero si nos dejamos llevar por los vicios como la pereza, la envidia, la mentira o la falta de responsabilidad, los tiempos serán malos.
Es como decir que no es estrictamente el tiempo el que marca la diferencia, sino nuestras acciones y actitudes. Entonces, es importante reflexionar sobre nuestras virtudes y vicios para poder crear un presente mejor y construir un futuro prometedor.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.