Esta frase significa que para creer en algo, es necesario también reflexionar y procesar ese pensamiento. La fe no puede existir si no se cuestiona lo que se cree. Piénsalo de esta forma: cuando crees en algo, estás poniendo tu confianza en esa idea o creencia. Pero para que realmente puedas tener una fe sólida y significativa, necesitas comprender y examinar lo que crees. No puedes limitarte a aceptarlo sin más. Si no piensas en lo que crees, esa fe se vuelve vacía y sin sustento. No hay un verdadero compromiso o comprensión detrás de ella. Te conviertes en un simple creyente sin ningún razonamiento o convicción profunda.
Entonces, desde el punto de vista psicológico, esta frase nos invita a no quedarnos sólo en la creencia superficial, sino a pensar sobre lo que creemos. Al hacer esto, podemos fortalecer nuestra fe, ya que estará respaldada por el entendimiento y la reflexión personal.
"Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón."
John Ruskin 1819-1900. Crítico y escritor británico.