Una mujer estaba agonizando en la sala de un hospital. De pronto, tuvo la sensación de que era llevada al cielo y presentada ante un Tribunal.
“¿Quién eres?”, dijo una Voz.
“Soy la mujer del alcalde”, respondió ella.
“Te he preguntado quién eres, no con quién estás casada.”
“Soy la madre de cuatro hijos.”
“Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes.”
“Soy una maestra.”
“Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión.”
Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía poder dar una respuesta satisfactoria a la pregunta “¿Quién eres?”
“Soy cristiana”, respondió ella.
“Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión.”
“Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres y necesitados.”
“Te he preguntado quién eres, no lo que hacías.”
Evidentemente, no consiguió pasar el examen, y fue enviada de nuevo a la tierra. Cuando se recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar quién realmente era y su vida cobró otro sentido…
Anthony de Mello
YO SOY…es la gran frase que nuestro EGO trata de responder día a día. Nuestra parte egoica busca constantemente calificativos que acompañen a ese YO SOY, tratando de definirnos.
¿Para qué buscamos constantemente definirnos?
Para identificarnos con adjetivos y sustantivos que nos diferencien de los demás.
¿Para qué ser distintos de los otros?
El EGO busca que seamos especiales y únicos porque eso es lo que lo hace real, fuerte y poderoso. Si viviésemos en ESENCIA no necesitaríamos contestar” YO SOY”… porque ya tendríamos todas las respuestas, serían afirmaciones sin dudas y conoceríamos que es imposible diferenciarse de los demás porque todos somos en esencia lo mismo: AMOR.
Cada uno de nosotros somos lo mismo, EXPRESÁNDONOS de formas diferentes. Jugamos a NO SER para saber qué somos.
La pretensión de este artículo es compartir una frase que ayer oí en una entrevista y que me hizo reflexionar sobre cómo parece que contestar a lo que YO SOY es la pregunta que me lleva a lo que SOY realmente y ayer integré que nada más lejos de la realidad. Nuestro “YO REAL” no tiene la necesidad de identificarse con una profesión, con un género, con un físico, con una inteligencia…no le hace falta nada de eso porque ya ES por sí mismo y sólo ve en los demás igualdad. El “YO REAL” no se siente separado de nada ni de nadie. El EGO busca la separación y la diferenciación de los demás porque tiene MIEDO, miedo a no ser suficiente, a no ser querido, a no SER, porque en realidad NO ES.
La frase poderosa de hoy es “CUALQUIER CALIFICATIVO QUE LE PONGAS AL YO SOY TE EMPEQUEÑECE”.