Las psicólogas Rachel Wu y Jessica A. Church llevaron a cabo un estudio para investigar si era posible mejorar la agudeza cognitiva en adultos mayores de 55 años. Descubrieron que a través de un programa de aprendizaje de tres meses, que incluía la adquisición de nuevas habilidades, como el canto o el aprendizaje de un idioma, los participantes experimentaban mejoras significativas en su memoria y atención. Estas mejoras se asemejaron a las habilidades de personas 30 años más jóvenes y continuaron incluso después de que finalizara el programa.
Este hallazgo sugiere que la disminución del rendimiento cognitivo en la edad adulta podría estar relacionada más con la falta de estímulos y aprendizaje constante que con la biología en sí misma. Los investigadores argumentan que la sociedad debería fomentar el aprendizaje continuo a lo largo de la vida de las personas para promover un envejecimiento más saludable y activo.
La conclusión principal de la investigación es que el declive cognitivo es evitable, y el aprendizaje constante puede ser la clave para mantener el cerebro ágil y joven. Se alienta a las personas a inscribirse en clases online o presenciales, aprender nuevas habilidades y adoptar una mentalidad orientada al aprendizaje activo en lugar de preocuparse por la pérdida de facultades cognitivas con la edad. La ciencia respalda la idea de que el cerebro tiene una sorprendente capacidad de adaptación y mejora a medida que envejecemos, lo que sugiere que el "úsalo o piérdelo" es un enfoque más esperanzador de lo que se pensaba anteriormente y esta práctica puede ser tan importante como el cuidado del cuerpo para lograr una longevidad real y plena.
"La verdadera felicidad consiste en hacer el bien."
Aristóteles 384 AC-322 AC. Filósofo griego.