"La presencia es cuando ya no esperas al siguiente momento, creyendo que el siguiente momento será más pleno que este". – Eckhart Tolle.
El coaching es una disciplina que ayuda a las personas a encontrar las respuestas que están buscando, estas respuestas se encuentran dentro de la misma persona porque parte de la premisa de que el ser humano es completo, creativo y está lleno de recursos, aunque la mayoría de las veces confundido en el hacer, en el pensar, en el recordar y hasta en el anticipar. Estos seres humanos quizá no se sientan cómodos en el ahora y como consecuencia incómodos dondequiera que estén. Desde el coaching se busca un espacio donde lo que tiene que florecer, florece y donde el coachee consigue poner luz sobre sí mismo y avanzar. El coaching se centra en el ser, no en el hacer, habla del fluir y del momento presente…y yo me pregunto…¿No es acaso ésta la esencia más pura del MINDFULLNES.
Para ser un poco más explícita puedo argumentar que entre las cualidades más destacables que un buen coach posee se encuentran la observación, la presencia y el no juzgar. Estar en un estado de no-mente, que permita no trasladar nuestro mapa mental al cliente para conseguir desplegar y ampliar el suyo. Una vez más estamos asentados sobre las bases de la atención plena:
- Observación: tanto de nuestra mente y de nuestras emociones como de las de nuestro coachee sin valoraciones.
- Presencia: Estar en el “aquí y ahora” es fundamental para mantener una escucha activa en el momento presente. Es necesario que el presente sea el lugar de residencia y que se hagan breves visitas al pasado y al futuro. Al recortar estas visitas al pasado y al futuro se retira el tiempo de la mente y con ello la preocupación. Seremos capaces de dar lo mejor de nosotros desde la armonía, el sosiego y la paz.
- No juzgar: dejar la mente en silencio sin enjuiciar ni contaminar la sesión. Esto posibilita entrar en una dimensión abierta, libre y flexible sin estimaciones ni valoraciones subjetivas. El diálogo interno se detiene y todo fluye.
- Consciencia: de nosotros como personas y como coach. Consciencia de nuestro cliente. Sólo desde la consciencia es posible el cambio.
- Asertividad: aprender a expresar lo que se siente sin culpar y aprender a escuchar de manera abierta (escucha activa) sin ponerse a la defensiva. Esta cualidad surge de la aceptación del “ahora”, al dar espacio a los demás y a uno mismo para que todo surja desde el respeto, amor y siempre acompañado del mensaje asertivo:Yo importo, tú también. Y eso es PRESENCIA en tu persona y en la el otro.
Las preguntas son la esencia del coaching y aquí podemos aplicar el poder del ahora para que sean preguntas poderosas y proactivas que permitan ocuparse sin preocuparse; ya que el coaching trabaja con las POSIBILIDADES y no se ancla al pasado.
En fin, el coaching utiliza el mindfulness para operar en el AQUÍ Y AHORA y que resulte un futuro excelente. No empaña el presente de pasado ni con exceso de futuro porque la felicidad está en saber apreciar el “momento”.
"Alégrate porque todo momento es aquí y todo lugar es ahora." – Buda