Te traemos una técnica que utilizamos a menudo con nuestros clientes y que nos sirve tanto para entrenar la mente para ser más resolutivos como para momentos de desafío en los que nos encontramos bloqueados.
La recomendación es que lo hagas por escrito y contestes a continuación las siguientes preguntas. Deja que salgan las respuestas, aunque creas que no sean las apropiadas. Lo importante aquí es desbloquearnos y trazar planes de acción que después ya podremos ir moldeando. Si practicas esto con asiduidad, te aseguramos que se convertirá en un recurso de utilidad que tu mente usará automáticamente:
1. De forma muy resumida, pon en un par de líneas como máximo, cuál es el desafío.
2. Qué tiene de importante o trascendente.
3. Qué hay en el problema que hace que la situación no sea la correcta o conveniente.
4. Qué estás dispuesto a hacer para lograr que sea como tú quieres.
5. Qué estás dispuesto a dejar de hacer para conseguir el cambio.
6. Cómo podrías disfrutar o divertirte durante este proceso, mientras haces lo necesario para solucionarlo.
Hacerse estas preguntas hace que seamos más productivos y resolutivos porque analizamos el problema para hacer algo con él. Normalmente, nuestro grado de rumiación crece por no tomar acción, estamos tan perdidos en el pensar que todo se percibe confuso. Este ejercicio te llevará a hacerte cargo de la preocupación. El objetivo es mover el foco de atención del problema y llevar a la mente a que piense en las posibles soluciones.
¿Qué paso, por pequeño que sea, estás dispuesto a dar para salir de ahí? Esto será lo que marcará la diferencia.
"La verdadera felicidad consiste en hacer el bien."
Aristóteles 384 AC-322 AC. Filósofo griego.