Cada proceso de ruptura es diferente y único. Como todo en la vida no hay pasos mágicos ni tiempos estipulados. Pero sí hay una serie de recomendaciones de las que habla la mayoría de los expertos porque consideran que apoyan la salud emocional.
¿Y cuáles son estos tips a tener en cuenta? A continuación te los mostramos:
1- Reformular el concepto de ruptura
Para nosotros el primer paso comienza con formular un nuevo significado de lo que es una ruptura. Con mucha frecuencia el sufrimiento viene arraigado a una concepción de la ruptura como un fracaso que nos hace conectar con la herida interior de "hay algo malo en mí". Por eso es una etapa muy interesante para atenderse y protegerse. Y qué tal si aprendemos a tener un enfoque más positivo y abierto de la ruptura dándole la significación de "etapa de transición en la que reconecto conmigo y como una oportunidad para salir reforzados como personas más completas", "como un renacimiento en el que vamos a vernos en nuevas facetas y abrirnos a explorar nuevas oportunidades".
2- Permitirse el duelo y abrazar lo que sientes en las distintas fases de éste.
Este punto es esencial porque estamos diseñados para alejarnos del dolor. Nuestra mente funciona así, busca alejarse de aquello que le hace sentir mal y esto está bien porque los grandes cambios comienzan en la mayoría de los casos bajo esta premisa. Pero es importante que en esta huida no tapemos lo que sentimos y miremos para otro lado. Abrazar nuestro sentir es contrario a lo que nos han enseñado aunque necesario para una correcta gestión emocional. Aquí no hay tiempos, cada uno transita su duelo a su ritmo. Las emociones son las guías que sí sabemos escucharlas nos van a susurrar maravillosos aprendizajes. Esta etapa puedes hacerla sola o acompañada de un profesional que te guíe.
3- Recoger los aprendizajes que ofrece la ruptura.
Durante estas fases de duelo es recomendable reflexionar y hacerse preguntas productivas, para que la mente deje de rumiar en el por qué no funcionó o en qué fallé... Dirige tu mente a que busque respuestas poderosas: ¿Qué puedo cambiar en mi comportamiento?, ¿Qué cosas me gustarían que se repitieran y qué cosas no me gustaría que se repitieran?, ¿Qué valores son imprescindibles para mí en una relación?...¿Cuál es el aprendizaje más significativo que me llevo de esta relación?. Son preguntas que nos podemos hacer en el proceso e ir viendo como evolucionan nuestras respuestas.
4-Conectar contigo y desconectar de tu ex.
Este paso, en algunos casos es más difícil cuando tenemos hijos en común con esa persona, aún así es de suma importancia dejar de ojear sus redes, de querer saber de su vida y evitar ir a lugares que puede frecuentar. Tomar distancia para DEFENDERNOS y CUIDARNOS hasta que estemos más preparados.
5- Evitar hablar de esa persona
No hablar ni bien ni mal me va ayudar a no darle tantas vueltas a lo mismo. Criticar la relación nos sigue anclando a esa persona.
6- No vincularse con otra persona escapando de la soledad o desde la necesidad.
Empezar una relación cuando la herida con tu expareja está abierta no es un buen comienzo porque continuamente se activarán las heridas de la otra persona y puede llegar a ser una relación cargada de un dolor que no le corresponde. Además de ser un escape para no transitar las emociones del duelo y crear un vínculo desde la dependencia y el apego insano.
Es bien dejar ir lo viejo para abrirse a lo nuevo, pues como dice Shakira y Karol G. en su canción: "La que te dice que un vacío se llena con otra persona te miente, es como tapar una herida con maquillaje, no se ve PERO SE SIENTE".