La ansiedad y el estrés, un binomio cada vez más presente en nuestra vida cotidiana. En momentos de confusión y agitación, te ofrecemos un recurso que puede ser de gran ayuda: el grounding, una técnica simple pero poderosa. ¿Qué es el grounding y cómo se relaciona con el mindfulness? Vamos a explorarlo juntos.
¿Qué es el grounding?
El grounding, también conocido como enraizamiento, es una práctica que nos permite conectar con el momento presente y con nuestro entorno físico. Cuando nos sentimos ansiosos, estresados o abrumados por nuestras emociones, el grounding nos ofrece una forma de regresar a nuestro centro, aterrizar y encontrar estabilidad.
¿Es lo mismo el grounding que el mindfulness?
El mindfulness, o atención plena, es otra herramienta poderosa para calmar la mente y reducir el estrés. Se trata de prestar atención consciente al momento presente, sin juzgar nuestras experiencias. Aquí es donde el grounding y el mindfulness se encuentran. Ambos nos invitan a estar presentes, a observar lo que está sucediendo dentro y fuera de nosotros sin dejarnos llevar por el caos de nuestros pensamientos.
El mindfulness y el grounding comparten el objetivo de estar presentes y desarrollar conciencia de uno mismo y del entorno. Sin embargo, difieren en enfoque y técnicas:
El mindfulness emplea una variedad de técnicas, como la meditación de atención plena, la exploración sensorial o la práctica de la compasión, que están diseñadas para cultivar una atención plena hacia la experiencia presente y promover el bienestar emocional.
El grounding utiliza técnicas más específicas, como prestar atención a las sensaciones físicas, la visualización, el contacto con la tierra o la exploración de texturas, dirigidas a anclarse en el momento actual y reducir la ansiedad o la desconexión emocional.
Aunque el mindfulness se ha aplicado ampliamente en diversos contextos, desde la terapia clínica hasta el entorno laboral, el grounding se ha utilizado principalmente en contextos terapéuticos para ayudar a las personas a lidiar con el trauma, la ansiedad o la disociación.
Cómo practicar el grounding:
Exploración sensorial: Dedica tiempo a conectarte con los elementos naturales, como la tierra, el agua, el fuego y el aire. Por ejemplo, siéntate junto a un arroyo y observa cómo el agua fluye suavemente. Siente la frescura del agua en tus manos y escucha el sonido relajante de su flujo. Esta conexión con los elementos te ayudará a sentirte enraizado y en armonía con la naturaleza.
Caminar descalzo: Siente la hierba o la arena bajo tus pies, disfruta del sol en tu piel y escucha los sonidos de los pájaros y el viento. La naturaleza tiene un poderoso efecto calmante que puede ayudarte a reconectar contigo mismo.
Técnica del 5-4-3-2-1: Nombra cinco cosas que puedes ver, cuatro que puedes tocar, tres que puedes oír, dos que puedes oler y una que puedes saborear. Esta práctica te ayuda a enfocarte en el presente y alejarte de los pensamientos preocupantes.
Escritura sensorial: Toma un objeto con una textura interesante, como una piedra rugosa o una pluma suave, y tómate un tiempo para explorarlo con tus manos. Luego, escribe sobre tus experiencias sensoriales al interactuar con el objeto: cómo se siente en tus manos, qué sensaciones despierta en ti, qué pensamientos o emociones surgen. Esta práctica te ayudará a conectar con tus sentidos y a estar más presente en el momento actual.
"En un momento me sentí acosada por la ansiedad. Pero me deshice del miedo estudiando el cielo, determinando cuándo saldría la luna y dónde aparecería el sol por la mañana" - Margaret Mead.
"Entre todas las formas de cautela, la cautela en el amor es, posiblemente, la más letal para la auténtica felicidad."
Bertrand Russell 1872-1970. Bertrand Arthur William Russell. Filósofo, matemático y escritor británico. Premio Nobel en Literatura en 1950.