Hace mucho tiempo, en un rincón pintoresco cerca de los imponentes Cárpatos, habitaba Marek, un granjero con un espíritu encantador. Sus días estaban llenos de actos amables, bromas alegres y el deseo constante de elevar el ánimo de sus vecinos. Marek encontraba su felicidad en la sonrisa de los demás; sin duda, un hombre de corazón generoso. Sin embargo, Marek tenía un gran defecto: cuando su ira se desataba, se convertía en un torbellino incontrolable, incapaz de razonar. A pesar de sus virtudes, esta debilidad causaba estragos entre los habitantes del pueblo, quienes estaban agotados por sus explosiones.
Marek anhelaba resolver este problema y, tras oír hablar de un sabio que habitaba en lo alto de una montaña, decidió buscar su consejo.
El sabio le dijo: "Puedo ayudarte, pero primero necesito conocer el origen de tu ira. Debes volver a casa, y cuando sientas furia, corre rápidamente a buscarme".
Después de unos días, Marek se enfureció por una insignificancia y, en lugar de estallar como solía hacerlo, emprendió una carrera hacia la montaña. Sin embargo, al llegar a la cima, su ira se había disipado por completo. ¡Qué desilusión! No podría mostrarle su furia al sabio.
"Gran sabio", exclamó Marek al llegar, "venía a mostrarte mi ira, pero al llegar aquí, ya se había desvanecido".
"Lo entiendo", respondió el sabio. "La próxima vez, sube aún más rápido. Si no veo tu ira, no podré ayudarte".
Así que Marek regresó a su hogar y esperó el próximo arrebato de enojo. Días después, volvió a enojarse y estaba decidido a llegar a tiempo. Corrió tan velozmente montaña arriba que apenas tocaba el suelo. No obstante, al llegar a la cima, la ira ya se había disipado una vez más. El sabio insistió en que volviera a intentarlo.
Marek repitió esta búsqueda una y otra vez, pero siempre obtenía el mismo resultado. Finalmente, agotado de subir la montaña, confesó al sabio: "Creo que no puedes ayudarme. Cada vez que vengo en busca de ayuda, mi ira desaparece por completo. He estado perdiendo el tiempo".
"No lo creas", replicó el sabio. "Cada vez que corres hacia mí, tu ira se disipa. Desde que comenzaste este viaje, no has vuelto a gritar ni perder el control. La solución a tu problema es simple: cuando te sientas furioso, corre. Corre con todas tus fuerzas hasta que la ira se desvanezca y encuentres la serenidad".
Marek finalmente comprendió que el sabio lo había estado ayudando todo el tiempo. A partir de entonces, aprendió a manejar su ira y la paz reinó en el pueblo mientras todos sus vecinos fueron mucho más felices.
"La verdadera felicidad consiste en hacer el bien."
Aristóteles 384 AC-322 AC. Filósofo griego.