Se sabe que la clave de la salud emocional está en ese DEJAR IR, SOLTAR. Simplemente son palabras mágicas, liberadoras, que dan paso a otra palabra poderosa: FLUIR.
¿Qué pasa cuando soltamos y dejamos ir?
Lo primero que se nos ocurre es que DEJAR IR es decir adiós... olvidar... creemos que conlleva un "te perdono"... ¿y así nos liberamos?
En realidad al hacer esto, estamos EMPUJANDO con fuerza para que nos deje, y ese sufrimiento y esfuerzo nos ata de nuevo a eso que tanto queremos que se vaya.
Soltar, dejar ir, no es decir adiós, sino GRACIAS. En ese gracias no hay perdón sino aceptación de lo que pasó, por tanto hay comprensión de que no hay necesidad de sentenciar nada y sin sentencia, no hay culpables, jueces ni condena.
Soltar y dejar ir es ver con objetividad que pasó lo que pasó pero dando la oportunidad de hacer algo con eso que pasa, por tanto lo trasciendes, porque no eres víctima de eso, sino un aprendiz que saca la sabiduría para cambiar, crecer y avanzar sin cargas.
Cuando soltamos, nos hacemos responsables, y al decir GRACIAS, nos abrimos a la compasión, al amor, a la aceptación, y a una COMPRENSIÓN MÁS PROFUNDA de nosotros mismos y de los demás. En este espacio no hay necesidad de empujar, no hay esfuerzo porque no hay malestar. Es aquí cuando fluimos con lo que hay, estamos en paz y en esa calma nace la libertad, y con ello, la auténtica liberación.
No olvides, no te despidas...simplemente AGRADECE.
¡¡¡GRACIAS
GRACIAS
GRACIAS........y sueltaaaaaaaaaaa!!!