“El Dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino la fuerza para sobrellevarlo". Jorge Bucay.
Con esta frase que aparece en este ejemplar y con la que estoy totalmente de acuerdo, no puedo dejar de recomendarlo porque a día de hoy lo considero como uno de los "fundamentales" en los procesos de duelo.
Hace muchos años que este libro llego a mí de parte del gran maestro que me abrió la puerta al maravilloso mundo de los libros de crecimiento personal, y he tardado en hacer la reseña porque creo que cada momento es el apropiado para escribirlo, así como cada libro tiene su momento para leerlo. Una persona de mi infancia se ha cruzado en mi camino para recordarme lo efímero de la vida y mostrarme con su fortaleza que el ser humano es un ser poderoso y grandioso. Para esa persona que está atravesando la pérdida desde la humildad de aprender de ella, mis mejores deseos porque sin duda sé que volverá a brillar el sol, ya que cada día permite que su luz brote un poco más.
"El camino de las lágrimas" es un buen compañero para entender racionalmente las fases que experimentamos ante cualquier pérdida (trabajo, salud, pareja, muerte...) y comprender la importancia de permitirse cada una de las etapas para el avance de la situación. Si nos bloqueamos en alguna parte de este camino, nos quedaremos atrapados en esas emociones y no nos permitiremos experimentar la vida plenamente. No podremos crecer y aprender, ni entrará lo nuevo porque el vacío de lo que ya no está seguirá ocupado por la construcción de un pasado tormentoso. En el camino bien transitado de las lágrimas no se olvida lo perdido, se recoge lo mejor de eso y nos reencontramos con una ilusión renovada por la vida.
Como siempre en psicología es importante distinguir el dolor del sufrimiento. El dolor es una emoción sana en cualquier proceso del duelo pero el sufrimiento nace del constructo mental que hacemos de ese dolor, aquí entran en juego las creencias que tenemos sobre la vida, la muerte, los trabajos, las personas o el amor. Muchas de estas creencias están basadas en ideas culturales o familiares, y son planteamientos que no nos hemos cuestionado pero que en algunos casos nos incapacitan ante la llegada del dolor. La creencia de que el dolor es algo que me empequeñece, que me anula es lo que hace que nazca el sufrimiento....esa emoción de dolor pasa a ser un estado del ser: "SOY INCAPAZ DE SOPORTARLO", "NO PUEDO CON ESTO". Así lo expresa Jorge Bucay:
"Así empieza el camino de las lágrimas. Así, conectándonos con lo doloroso. Porque así es como se entra en este sendero, con este peso, con esta carga. Y también con esta creencia irremediable: la supuesta conciencia de que no lo voy a soportar. Porque todos pensamos al comenzar este tramo que es insoportable".
¡Y cómo no vamos a crecer cuando para superarlo tenemos que recontrarnos con nuestra grandeza!, cuando nos damos cuenta de que somos capaces de salir adelante y volver a empezar...un nuevo comienzo con un conocimiento más profundo de todos los recursos que poseemos.
Por tanto, permitirse el dolor es entrar en la ausencia para en algún momento encontrar lo que siempre está para ti y que nadie más te puede ofrecer: el amor a ti mismo. En el libro se menciona que:
"La elaboración del duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia".
“El dolor es silencioso, solitario, implica aceptación, estar en contacto con lo que sentimos, con la carencia y con el vacío que dejó lo ausente".
¿Cuál es la fórmula para superar el sufrimiento? Como siempre no hay fórmula, es una transición y en ese caminar nos iremos posicionando en otros paisajes que nos permitirán ver de otras formas y colores:
"La manera es, por fin, no vivir mañana pensando en este día de hoy que fue tan maravilloso, porque mañana deberé asumir el compromiso con lo que mañana esté pasando, para poder hacer de aquello también una maravilla". El camino de las lágrimas.
No olvidemos que como bien dice el autor "madurar es aprender a soltar" y “de hecho, somos quienes somos gracias a todo lo perdido y a cómo nos hemos conducido frente a esas pérdidas".
Gran libro, grandes mensajes...mis mejores deseos para aquellos que se encuentren en esta pérdida y recordad que HAY SALIDA y LUZ en la oscuridad de ese túnel:
"Si de noche lloras porque el sol no está, las lagrimas te impedirán ver las estrellas". Jorge Bucay.